Como cada año, por
esta época, no ha fallado el frío intenso. El invierno siempre nos da sus
últimos coletazos a finales de febrero o principios de marzo.
Hay muchas
plantas y flores, que no solo no sufren sino,
que se fortalecen con el frío.
No pasa así con las
crasas a las que he protegido, como cada año.
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Este año también
he tapado la monstera deliciosa, que siempre se quema con el frío, aunque luego
rebrota.
Hoy el viento la
ha destapado, pero antes de que anochezca la vuelvo a cubrir.
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